Figuras ocultas
La triste historia de lo invisibles que fuimos y somos.
Una historia basada en hechos reales sobre la historia de tres mujeres incansables que trabajaron en la NASA y contribuyeron enormemente en los hitos históricos de la astronomía estadounidense.
Esta maravillosa película de 2017 titulada Hidden figures y Talentos ocultos en países de habla hispana en Latinoamérica, habla sobre las travesías y vidas de Katherine Johnson (matemática, de quien hicimos la #afkquote de esta semana) junto con sus compañeras y extraordinarias Dorothy Vaughan (informática) y Mary Jackson (ingeniera).
En plena segregación americana, tres amigas con mentes extraordinarias deberán enfrentarse contra un sistema que no quiere verlas como posibles promotoras del cambio que necesita la NASA para conseguir ganar la carrera espacial a la URSS —el otro bando de la Guerra Fría que el país norteamericano enfrenta—. En esta película se ve cómo, a pesar de la extraordinariedad de estas mujeres, sus compañeros de la NASA las invisibilizarán. Sin embargo, encontrarán aliados (muy pocos).
La película plantea los obstáculos, incluso físicos (cuando veáis la película, sabréis de qué hablamos), con los que estas mujeres —que sirvieron al desarrollo científico, la investigación y al patriotismo exacerbado americano por competir contra la URSS— tuvieron que enfrentarse.
Además de ello, Katherine, Dorothy y Mary se encontrarán con sus cargas familiares, puesto que son mujeres y asumen, en mayor parte, dicha responsabilidad. Ello no impedirá que demuestren que “querer es poder”.
Esta película es fantástica por diversos motivos. A nuestro entender, el más importante es la visibilización del maravilloso trabajo realizado por estas tres mujeres que, a pesar de derribar las barreras legales y sociales de la segregación racial, siguió invisibilizado hasta la aparición de este film. Para la astronomía, para el conocimiento del ciudadano medio informado sobre este tópico, siempre resuenan en la cabeza nombres de hombres blancos, alguna mujer pero, por supuesto, ninguna afroamericana. Muchas personas pensarán que es impensable que en un contexto como el que se sitúa esta película, hubiera mujeres negras en la NASA y, ni más ni menos en el proyecto del Apollo 11, el que llevó a Neil Armstrong y sus tres compañeros a la Luna en 1969. Pero es que si hay algo que evidencia esta película es la hipocresía de la sumisión formal —y material— de la población afroamericana por aquellos años, pero a la vez la necesidad imperiosa de necesitarla en sectores tan estratégicos como el deporte, la astronomía, la ciencia, etc. Sorprende, no obstante, que haya tenido que ser una producción reciente la que haya tenido que visibilizar la realidad de Katherine, Dorothy y Mary, y no la propia NASA, que sí lo ha hecho de manera posterior con numerosos eventos.
Otro motivo por el cuál es maravillosa esta película es el hecho de que niñes y adolescentes afrodescendientes puedan empezar a ver que existen personas afrodescendientes que hicieron cosas tan especiales para la humanidad y su historia. Porque, sin duda, en el desarrollo estudiantil de une joven afrodescendiente, la representación importa e importa mucho.
La vestimenta de la película está muy bien adecuada a la realidad de entonces, así como el atrezzo y la música, que es espectacular. La podéis ver en muchas plataformas en streaming como Netflix.
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